De tamaño pequeño y menudo, el Yorkshire terrier tiene un carácter muy sensible que soporta mal los gestos bruscos, motivo por el cual, su educación es preciso llevarla a cabo con mucha dulzura y delicadeza, pero al mismo tiempo con mucha firmeza, porque si se cediera a sus caprichos se volvería realmente insoportable. Por el contrario, si se le educa de manera adecuada, es un perrito dulce y afectuoso que se encariña muchísimo, solo con su propietario. Su carácter, un poco "ruidoso", lo lleva a denunciar la presencia de extraños.